1 mayo, 2020 por
01 mayo 2020
-En esta especie de diario de una Pandemia en el que voy dejando aquí – lágrima a lágrima – las escasas vivencias del confinamiento, hoy me he puesto a recordar con imágenes lo que antes parecía una zona de pecado, en mi Playa favorita.
-En plena reflexión me he puesto a implorarle al Dios que se encargue de estos asuntos, que haga el favor, que ya se está pasando y pecar es algo tan necesario como el poder o saber, vivir.
-A pesar de que ya llevo cincuenta y un días encerrado en casa, mantengo la esperanza de conseguir cruzar el túnel de la pandemia. Sólo será cuestión de agachar la cabeza y abrir bien los ojos.
Yo me he estado acordando de las manifestaciones del 1 de mayo, que nunca más serán posibles.
ResponderEliminarEsto cada vez se parece más al mundo del Soylent Green de la película "Cuando el destino nos alcance"
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